Una vez más sueño que la nada me vomita,
Con enajenados transeúntes con uñas mutiladas
que arrastran sueños humillados por vengativas
esperanzas que no son más que viudas preñadas
de cadáveres, de muertos con hilos cercenados
por una luna salvaje;
la luz huye sin atreverse a mirar atrás, sin
dejar hueco para los azules integrados en sábanas
de hiel.
y despierto arañada, y tú sigues sin estar.
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