domingo, 26 de octubre de 2008

vine, vi y bebi.




Para el niño que vendía cupones, mi fiel lector, que un día, siendo muy pequeñita me dijo que "eso" era caca, y que siempre, siempre, sin importar donde fuera, ella habría llegado antes que yo.

No importa si huyes
o estás de vuelta,

si la bandera del país tiene estrellas
o el cielo encarcelado,

ella siempre habrá llegado
antes que tú.

la reconoces
y la abrazas,
lo malo conocido siempre es lo mejor,

aún sabiendo que
su sangre negra
se colará por tus venas hasta
bombearte
a su ritmo, a su tiempo
tu vendido corazón.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Donde has llegado,
antes, llegó una lata
de Coca Cola.

Veo que aun recuerdas el haiku
Que escribí en Galiza.

Me agrada que tengas presente las cosas sencillas que no unen a pesar de la distancia.
Un beso del niño que vendía cupones.

Anónimo dijo...

Como habrás apreciado en el comentario anterior, en una palabra falta la “S".

CaSi Siempre Sucede, la S de Sentimientos
Se queda SuSpendida Sobre loS Sueños máS deSeadoS para hacerSSSSe notar.

Recibe de nuevo un beso del niño que vendía cupones.