martes, 2 de marzo de 2010

Sartenazo


Esta tarde discutí con el individuo que ocupa el lado izquierdo de mi cama, está vez tenía la sartén por el mango, no tenía nada que alegar, me encontraba rebosante de razón, toda la situación controlada; así que serré la cama, y lancé su mitad izquierda por el mismo lugar donde evacúo los recuerdos, pero al llegar la noche, sentí la necesidad de hacerme unos huevos fritos, y fue en ese momento, al intentar coger la sartén, cuando me dí cuenta de que esta no tenía mango, y recibí un fuerte sartenazo en mi pie derecho, justo en el nervio que anula el orgullo.
Pero era tarde para pedir perdón, ya había tirado de la cadena.

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